Martin Jorge Guise - Al servicio de Chile y Peru

 

Al servicio del Perú

Martín Guise.

Con el retiro de Cochrane del Perú en 1821, San Martín nombró a Guise contralmirante de la recientemente creada escuadra peruana pero renunció al servicio en febrero de 1822 al asumir el mando de esta escuadra con el grado de vicealmirante el chileno Manuel Blanco Encalada, por rencillas que había tenido con él durante su servicio en Chile para ponerse bajo su mando. A principios de 1823 volvió a asumir el mando de la flota peruana con el grado de vicealmirante, colaborando con el transporte de tropas, y a principios de 1824, estableció un bloqueo en el puerto del Callao en conjunto con la escuadrilla naval gran colombiana que quedó a su mando, ya que ese puerto había sido retomado por los realistas tras una sublevación militar el 5 de febrero. Su bloqueo en este puerto fue interrumpido ese año por una expedición naval española al mando del capitán de navío Roque Guruceta, con quien se batió, sin resultados concluyentes el 7 de octubre. Al partir la escuadra española al sur, con destino al puerto de Quilca, Guise se dirigió con su flota al astillero de Guayaquil, donde el 7 de enero de 1825 fue arrestado por el intendente del lugar, general venezolano Juan Paz del Castillo, por haber levantado el bloqueo al Callao. Según Basadre, Paz del Castillo:

enemigo de aquél, deseoso de humillar al Perú, interpretó mal las razones de Guise y lo hizo apresar y lo puso incomunicado.

Ante el arresto de Guise, el mando de la flota combinada sería entregado por Castillo al capitán de navío inglés Juan Illingworth Hunt, que servía en esos momentos a la Gran Colombia. A mediados de ese año, Illingworth se presentó con la flota frente al Callao para unirse a la escuadrilla chilena mandada por el vicealmirante Blanco Encalada. El Callao se rendiría el 23 de enero de 1826.

En cuanto a Guise, Bolívar había dado la orden de llevarlo a Cuenca, pero su estado de salud lo impidió. Posteriormente fue llevado a Lima en gran escándalo, y el 5 de mayo de 1826 se le lleva a juicio y se le mantuvo preso. Al retirarse Bolívar del Perú, el Consejo de Guerra a cargo del juicio entró en autonomía y ordenó la libertad de Guise el 26 de septiembre de 1826. Se le restituyó el cargo de vicealmirante de la escuadra. Y además se mandó pedir "la satisfacción que merecen el agravio e insulto nacional hechos por el Gobernador de Guayaquil en su persona (Guise) y la bandera de nuestra República". Fue el congreso en 1828 y la presidencia del general José de La Mar, los que hicieron efectiva las resoluciones.


Al servicio de Chile

Guise fue un hombre activo y aventurero por lo que al terminar la guerra en Europa y al igual que otros marinos británicos como el vicealmirante Thomas Cochrane, renunció a la marina británica, compró y armó su propia nave, el Hecate, y echó rumbo a América para nunca volver a su tierra natal. Ofreció sus servicios al gobierno chileno al que entregó su bergantín de 18 cañones, ahora rebautizado como Galvarino, y del cual obtuvo el mando de la fragata Lautaro, armada con 50 cañones.



Formó parte de la escuadra chilena en las expediciones que Cochrane realizó a las costas peruanos en 1819. Guise tuvo durante estas operaciones navales una serie de significantes, y a la vez frecuentes, discusiones con Cochrane. También le tocó formar parte de la flota chilena que condujo a la expedición libertadora de José de San Martín al Perú. Estuvo durante el tercer bloqueo del Callao que impuso Cochrane en octubre de 1820, participando en la captura de la fragata Esmeralda, el buque más poderoso que los españoles tenían en el Callao.

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